Nunca es tarde para comenzar a escribir

Algo que desanima a muchas personas de iniciar con algún proyecto, hobby o aprendizaje, es la edad.

¿Seré muy viejo para intentar esto?, se dicen.

Y siendo objetivo, la edad, en casos muy puntuales, puede ser una limitante.

Con esto no quiero desanimarte, tal como dije solo aplica en ciertos casos. En la práctica de algunos deportes, por ejemplo.

Y tú dirás esas son actividades físicas, que hay de las cognitivas.

Las limitantes dentro del aspecto cognitivo son mucho más complejas. Diversos estudios apuntan que nuestro cerebro empieza a envejecer a partir de la veintena, de 20 a 29 años, sin embargo, este envejecimiento no es uniforme y del mismo modo que algunas capacidades disminuyen, otras aumentan.

¿Eso tiene algún impacto si quiero escribir? ¿Hay alguna edad límite para comenzar a escribir?

Para responder estas preguntas quiero presentarte algunos ejemplos. 

En la literatura siempre han existido escritores precoces de talento innato: 

El escritor que ahora te voy a mencionar fue tan pero tan precoz que abandonó la escritura en sus veinte. Ojo que no es un chiste… 

Desde muy temprana edad, Arthur Rimbaud, poeta francés, tuvo un gran talento para el verso. A sus 15 años ya había ganado diversos concursos y reconocimientos en poesía. Todo apuntaba a que tendría una prolífica carrera en las letras. Sin embargo, debido a ciertos factores, abandonó la literatura, se calcula que fue entre los 19 a 21 años. Si bien dejó pocas obras, estas han trascendido. 

Del mismo modo, tenemos el caso de Mary Shelley, una de las más importantes novelistas del siglo XIX. A los 20 años, ya había terminado el manuscrito de su obra más conocida, Frankenstein. A los 21, publicó esta novela de forma anónima, debido a esto por mucho tiempo se creyó que esta icónica novela la escribió su esposo.

El escritor norteamericano de ciencia ficción, Ray Bradbury, desde su infancia fue un ávido lector, consecuentemente, este pasatiempo lo llevaría a crear sus propias historias. Por razones económicas, no pudo estudiar en una universidad. Así, Bradbury se propuso formarse de manera autodidacta, pasando largas horas en la biblioteca pública. También seguiría escribiendo cuentos, es así como con tan solo 18 años publicó varios cuentos en diversas revistas. Posteriormente, publicaría compilados de sus trabajos previos y a los 30 años, publicaría su obra más icónica, Crónicas marcianas. 

Un caso más cercano, por así decirlo, es de la escritora Clarice Lispector, quien comenzó a escribir desde muy pequeña. En una entrevista, ella reveló que empezó a escribir a la par que empezó a leer. Desde una tierna edad, ya creaba pequeñas historias, este hábito la acompañaría toda su vida. Mucho antes de publicar su primer libro, ella tocaba las puertas de periódicos y revistas con el fin de que publiquen sus cuentos. Posteriormente, ganaría mayor popularidad, llegando a ser considerada como una de las literatas más importantes del siglo XX en Hispanoamérica. 

Del mismo modo que los escritores tempranos, también han surgido escritores tardíos, que empezaron a escribir en la adultez. Lo interesante o destacable de ellos es que renunciaron a la zona de confort, muchos de ellos ya tenían una vida rutinaria, sedentaria, y aun así se atrevieron a escribir. 

Un ejemplo ya conocido por muchos es el de José Saramago, quien es señalado como un escritor tardío, contrario a lo que se piensa, Saramago publicó su primera obra, Tierra de pecado, a los 25 años. Lamentablemente, este libro pasó desapercibido, tras este suceso Saramago se alejó de la escritura por casi 20 años. 

En 1966, decide volver a escribir, para ese entonces ya tenía 44 años. De aquí en adelante publicaría varios títulos. Sin embargo, su primer gran éxito lo tendría a la edad de 55 con la publicación del libro Levantado del suelo. A partir de este punto, el escritor portugués ganaría más y más prestigio. En 1995, cuando contaba con 72 años, recibió el premio más preciado de las letras portuguesas, el Camoens. Finalmente, con 76 años, se hizo acreedor del premio Nobel de Literatura en 1998.

Antes de ser escritor, Daniel Defoe, autor de Robinson Crusoe, tuvo una vida bastante agitada como para crear ficción. Fue comerciante, activista político y recaudador de impuestos, incluso fue encarcelado en más de una ocasión. Su primer acercamiento con la escritura fue escribiendo panfletos. Años más tarde, escribiría artículos periodísticos. Recién en 1719, a sus 59 años, se publicó la que sería su obra emblemática: Robinson Crusoe.

Como has podido ver, la edad no ha sido un factor determinante en la vida de los escritores mencionados. 

Entonces, ahora te pregunto ¿Sigues creyendo que existe una edad límite para escribir?

Fuentes:

-El envejecimiento del cerebro:

The rise and fall of cognitive skills | MIT News | Massachusetts Institute of Technology

-Rimbaud:

Arthur Rimbaud: Una biografía – Enid Starkie – Google Libros

Arthur Rimbaud – Major works | Britannica

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